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Aditivos alimentarios
ALERGIA A ADITIVOS ALIMENTARIOS

Hay que leer la letra pequeña

Los aditivos alimentarios son uno de los grandes descubrimientos que han hecho posible avanzar en la conservación alimentaria, así como conseguir mejoras en el proceso de elaboración de los alimentos y crear nuevos productos que de forma natural no podrían obtenerse.

Aditivos

Reacciones adversas a los aditivos alimentarios

Latas de conserva
Las latas de conservas contienen numerosos aditivos

El Código Alimentario español considera como aditivo alimentario a toda sustancia que se añade intencionadamente a alimentos o bebidas sin el propósito de cambiar su valor nutritivo, con la finalidad de modificar sus caracteres, técnicas de elaboración o conservación o para mejorar su adaptación al uso a que son destinadas.

Los aditivos llevan usándose desde hace años y su empleo se ha convertido en una práctica habitual de la industria. Como consecuencia, la población ha incrementado notablemente la exposición a los mismos, particularmente en alimentos procesados, lo cual ha contribuido a crear un nuevo entorno en el intestino, favoreciendo el desarrollo de reacciones adversas.

Se calcula que existen unas 20.000 sustancias con estas características y más de dos terceras partes de los productos que consumimos diariamente los contienen.

Su Naturaleza es variable siendo algunos naturales y otros de síntesis, y aunque generalmente son proteínas en diferentes formas, también pueden ser polisacáridos o grasas complejas.

Los aditivos alimentarios pueden clasificarse en 3 grandes grupos según su función principal. Hay que tener en cuenta que algunos de ellos pueden cumplir más de una función:

1. Aditivos que alteran las características físicas o físico-químicas de los alimentos.

2. Aditivos que alteran las características sensoriales (sabor, color, olor, etc) de los alimentos.

3. Aditivos que alargan el mantenimiento de los alimentos.


Las reacciones adversas que pueden producir se dividen en 2 grandes tipos:

1. Reacciones alérgicas mediadas por un mecanismo inmunológico: los más frecuentemente implicados son los colorantes, sobre todo del tipo azoico.

2. Reacciones de intolerancia o idiosincrasia, de mecanismo no inmunológico, en la mayoría de casos desconocido. Aunque no existen grandes estudios que lo demuestren, parece ser que la gran mayoría de reacciones a los aditivos alimentarios pertenecen a este segundo tipo, es decir, reacciones de intolerancia más que de alergia en sí misma.


Síntomas

ilustración de Benjamin Bertos
Ilustrado por Benji - bejiben6@gmail.com

La sintomatología clínica atribuida a los aditivos alimentarios es muy amplia siendo los síntomas más comunes aquellos que afectan al aparato respiratorio (particularmente asma y rinitis) y la piel (urticaria y angioedema, dermatitis de contacto, etc.).

En casos extremos, consumir un alimento al cual una persona está muy sensibilizada puede llegar a causar una reacción de gravedad, llamada anafilaxia.

Los colorantes son los aditivos más frecuentemente implicados en reacciones, de ellos la tartracina (colorante amarillo) es el más relacionado con urticaria crónica y asma.

Entre los conservantes, se ha demostrado que los sulfitos (comidas preparadas, deshidratados) pueden producir cuadros asmáticos, cuadros anafilácticos y eritema. Los benzoatos (bebidas carbonatadas, zumos) han sido relacionados como causantes de urticaria y angioedema.

El glutamato monosódico es el responsable del "síndrome del restaurante chino" y los nitritos pueden producir intoxicación y metahemoglobinemia.


Prevalencia

Se estima que entre un 5-10% de urticarias crónicas en población adulta se deben, al menos en parte, a algún tipo de reacción adversa a aditivos y en niños existen series con cifras incluso superiores de frecuencia.

Diagnóstico

El estudio de la alergia a aditivos es difícil por varias razones: no es una patología frecuente y en la mayoría de los casos se desconoce el mecanismo productor.

No existen extractos estandarizados para la realización de pruebas excepto para unos pocos como la Eritrosina(E 127), el Rojo cochinilla (E 124), la Tartracina (E 102), etc.

En ocasiones, como la alergia puede presentarse a lo largo de la vida, es posible que los primeros síntomas se confundan con una intolerancia a los alimentos. La intolerancia a los alimentos se refiere a una respuesta física anormal a un alimento o aditivo alimentario que no debe confundirse con una reacción alérgica. La diferencia con la alergia es precisamente la no participación del sistema inmunológico. En consecuencia, deberá ser siempre un médico alergólogo el que realice el diagnóstico e instaure el tratamiento más adecuado.


Tratamientos y consejos

Productos envasados
Control del etiquetado

Los aditivos alimentarios son sustancias que se emplean para una mejora de las características de los alimentos. Dado que un cierto número de ellos no posee ninguna propiedad nutritiva, han de ser completamente inocuos en las concentraciones habitualmente empleadas. No obstante, debido a que su implicación en cuadros alérgicos se ha relacionado científicamente, se hace necesario acotar mejor las concentraciones, los grupos de población y los niveles de consumo aceptables.

Aunque se han intentado varias formas de tratamiento, hoy en día se sabe que el único método eficaz es hacer una buena dieta de exclusión del aditivo o aditivos implicados, lo cual a menudo no es nada fácil debido a la gran distribución de los mismos y a los defectos del etiquetado de productos.

En el caso de los aditivos, los procesos agudos están más relacionados con intolerancias que no con alergias. Normalmente estas reacciones se deben a consumos excesivos o a una especial sensibilidad en los consumidores. Entre los diversos aditivos a los que conviene prestar atención destacan:

Colorantes: el elevado consumo, sobre todo de tartracina puede inducir la aparición de síntomas alérgicos o similares a los alérgicos, aunque a un reducido grupo de población sensible.

Benzoatos: sustancias que pueden dar lugar a reacciones de sensibilización o de intolerancia.

Aspartame: Induce a problemas, pero sólo en individuos sensibles, por lo que se hace necesario leer las etiquetas, a fin de prevenir su consumo en fenilcetonúricos.

Glutamato monosódico: conocido aditivo causante del llamado síndrome del restaurante chino; causa afecciones en personas sensibles tras el consumo de cantidades elevadas de aditivo.

Otros: se han descrito conservantes como los nitritos o los sulfitos como potencialmente inductores de reacciones de intolerancia.


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